jueves, 17 de febrero de 2011

Amor y San Valentín


El día de san Valentín es una fiesta tradicional en la que los enamorados se expresan su cariño mutuamente. Su origen se basa en diversas teorías. En los países nórdicos es durante estas fechas cuando los pájaros se emparejan y aparean, de ahí que se presente este día como símbolo de amor y creación.
Otra de las teorías es que procede de una fiesta pagana cristianizada, ya que en la antigua Roma se adoraba al dios del amor, Eros en griego, al que los romanos llamaban Cupido para encontrar al enamorado ideal.
Hace ya muchos siglos en Inglaterra se celebraba la “fiesta de los valentinus” donde se elegía pareja.
Otra de estas fuentes centra el origen de san Valentín  en la Roma del siglo III, época en la que el cristianismo era perseguido. En este periodo también se prohibía el matrimonio a los soldados ya que se creía que los hombres solteros rendían más en el campo de batalla. Fue entonces cuando la figura de San Valentín surgió, era un sacerdote cristiano que ante la injusticia decidió casar a los soldados a escondidas de los cristianos.
El origen de San Valentín es diverso y variado, pero todos sus posibles origines convergen en el mismo valor; el amor.
El amor es un sentimiento, el sentimiento más bonito, un sentimiento que nos invita a soñar, a reír, a llorar, a vivir. Normalmente se relaciona el término “amor” al amor romántico, aunque no es el único tipo  de amor que existe, también está el amor familiar.

domingo, 6 de febrero de 2011

Epicuro y la felicidad


Epicuro decía que la felicidad se basaba en el placer, que es la meta de la vida (hedonismo), aunque hay que calcular ese placer con sensatez, ya que a veces descuidamos nuestras necesidades, ya que solo buscamos la realización de  nuestros deseos, y en la mayoría de las ocasiones, la necesidad y el deseo no se corresponden.
Por eso la publicidad es tan peligrosa, nos hace creer que deseamos las cosas que compramos por ese embrujo y no porque realmente las necesitamos.
Las compras no nos harán más felices.

sábado, 5 de febrero de 2011

Aristóteles, ética




Según Aristóteles la finalidad del ser humano es la felicidad. Una felicidad que conseguimos gracias a la ayuda de la ética y la virtud, que nos da fuerza. Las virtudes deben de estar en un término medio entre el exceso y el defecto.  
Aristóteles defiende también que la ética no es solo teoría, sino que pretende tener aplicaciones en la vida real y que nos ayuda a establecer modelos a seguir. Por ejemplo si queremos saber qué es el valor debemos pensar en quién nos gustaría que estuviese con nosotros si corriésemos algún peligro, y así sucesivamente con todos los demás valores.
Si reconocemos las palabras de Aristóteles como ciertas y sacamos nuestros modelos de la vida real, ¿qué modelos nos está dando la sociedad? Diariamente, y de manera inconsciente recibimos miles de ejemplos, comportamientos y formas de actuar y vivir “modélicos”, pero ¿son todos estos ejemplos realmente buenos, o son solo un ideal para las grandes empresas que se benefician de estos modelos de vida?
Desde que nacemos estamos influenciados por la sociedad y por los medios de comunicación. Esto es usado muy frecuentemente para presentarnos esos “modelos”, esos ideales. Por eso, en ocasiones nos dejamos llevar por ese instinto de pertenencia o gregarismo y tendemos a querer alcanzar ese ideal a  través del consumismo.
En mi opinión nuestros modelos deberían de ser menos consumistas y prestar más atención a valores como la igualdad, la generosidad, la educación y el respeto. Unos modelos que podemos adquirir desde la familia, los padres, hermanos, abuelos y de cada una de las personas que nos rodean, porque siempre podemos aprender algo de cada uno de ellos.

viernes, 4 de febrero de 2011

Sócrates, el intelectualismo moral

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Sócrates defiende el intelectualismo moral. Esta postura recibe este nombre porque considera el bien y el mal como ideas que pueden ser conocidas, y que cuando una persona actúa mal es por ignorancia, por no saber que se actúa mal.
Defiende también que la mayor felicidad es ser justo.
Esta es la teoría de Sócrates, pero a raíz de estas palabras surge una pregunta: ¿es posible actuar mal si se conoce el bien? Sócrates probablemente diría que no. 
Todas las personas actuamos pensando que  hacemos un bien de algún tipo, puede que creamos saber que algo está mal o que al hacerlo vamos a hacerle daño a alguien. Pero si finalmente lo hacemos es porque en el fondo estamos convencidos de que es bueno para nosotros, que nos traerá algo bueno.
Sería antinatural conocer que algo es malo para nosotros y hacerlo.
Por lo tanto la vida se basaría en conseguir la felicidad y para obtener la felicidad es preciso ser justo. La justicia se consigue a su vez gracias a la sabiduría que nos ayuda a distinguir el bien.
En conclusión, no se puede hacer el mal cuando se conoce el bien.